El propósito de Dios no es que vivamos en dolor pero que su poder se perfeccione en nuestra debilidad. Todos tenemos que lidiar con muchos tipos de adversidades en la vida. Es posible probar del poder de Dios pero también estar desanimado. No es pecado dudar y admitir que somos débiles. Cuando estamos en dolor, cansados o ansiosos no debemos decir que estamos bien, cuando por dentro estamos destrozados. Dejemos de pretender y seamos verdaderos en la presencia de Dios. Es posible tener fe pero también tener dolor y problemas.
No ignoremos las señales, ¿Cuáles son esas señales que indican que no estamos bien?
1. Siempre estas en un estado de temor – el temor se cuela en tu vida.
2. No enfrentas tus problemas, huyes de los problemas.
3. Empezamos a descuidar nuestras relaciones más cercanas.
4. Tomamos decisiones impulsivas guiadas por la carne y no por el Espíritu Santo.
5. Me esfuerzo más allá que mis limites físicos.
6. Te sientes inútil.
7. Piensas más de renunciar que seguir adelante.
8. Te sientes solo y que todo el mundo te esta atacando.
9. Piensas que la muerte te puede dar alivio.
I. Para de ser fuerte y se sincero.
Admite tu frustración. 1 Pedro 5:7 *
Tarea: ¿Qué frustración o ansiedad necesita admitirle y echarle a Dios?
II. La presencia de Dios nos da descanso. Hebreos 4.3
A veces lo más espiritual que usted puede hacer es tomar una temporada de reposo y descansar en Dios. Salmos 23 y Salmos 127:2-3
III. Dios quiere que te enfoques en Él. 1 Reyes 19:11-13
No necesitamos ser grandes o “ser alguien” porque nuestro Dios ya es poderoso.
a. El fiel amor de Dios nunca se acaba.
b. La misericordia de Dios nunca se acaba.
c. Grande es la fidelidad de Dios.
d. Dios siempre es gentil y tierno.
e. Dios es todo lo que necesitamos.
“Donde Dios te ha encontrado no es donde Él te quiere dejar.“ – No pongas la mirada en el problema o en ti mismo, pon tu mirada en el Gran Yo Soy.