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La llave para los milagros EL AYUNO

La llave para los milagros EL AYUNO

¿Cómo sanamos del trauma de mi pasado?

Domingo 30 de septiembre

El ayuno

Pregunta: ¿Alguna vez has tenido un momento en el que todo está fuera de tu control y no sabes a dónde acudir?

En la Biblia encontramos la historia de un padre que se acerca a Jesús con su hijo, quien está atormentado. El padre ha agotado todos los recursos y, al final, llega a Jesús sin otra opción que le pueda ayudar.

Jesús lo sana instantáneamente mediante un milagro, expulsando un demonio del niño. El padre había llevado a su hijo a los discípulos, quienes le preguntan a Jesús por qué ellos no pudieron ayudar. Jesús les explica que este género de demonios solo sale con ayuno y oración. Él tenía una disciplina espiritual que ellos aún no habían desarrollado.

El ayuno es lo que nos pone cara a cara con Jesús. Mateo 17:15 dice que, en momentos de desesperación, el ayuno debe ser nuestra clave. La guerra espiritual es un componente esencial que nos ayuda a acercarnos a Dios.

Hay cosas que otros pueden hacer por nosotros, pero hay aspectos que solo en las manos de Dios pueden ser resueltos. La llave que usó Jesús para realizar milagros está disponible para nosotros, como lo estaba para los discípulos, pero ellos no estaban dispuestos a hacer el trabajo y ayunar.

Los corazones quebrantados, naturalmente, no tienen hambre, ya que su anhelo es por sanidad, paz y libertad del quebranto. El ayuno implica reconocer que algo está roto y que la única manera de sanarlo es abstenerse de comer con el propósito de orar y enfrentar aquello que no podemos vencer.

El ayuno y la fe son la conexión a la oración en la Biblia. Se nos dice que solo necesitamos fe del tamaño de un grano de mostaza. Muchas personas utilizan este versículo fuera de contexto, creyendo que solo necesitamos un pequeño nivel de fe para recibir respuestas y ver la mano de Dios en acción. Sin embargo, en contexto, el pasaje habla de ayuno; Jesús pide una fe activada por el ayuno.

El ayuno nos ayuda a morir a nuestros deseos carnales. Es un nuevo comienzo para nuestra alma espiritual. Si de los 365 días del año ayunáramos solo cuatro días, eso sería un diezmo del tiempo que Dios nos da en un año.

Los hombres mienten, pero los números no. El ayuno no consiste solo en dejar de comer, sino en abrir espacio para Dios en nuestra vida.

Ayudas prácticas para ayunar:

  1. Define tu motivo: ¿Cuál es el objetivo de tu ayuno? Puede ser por motivos familiares, para resolver un problema, o por la salvación de un ser querido. Sé específico con Dios.
  2. Decide qué tipo de ayuno realizar: Hay diferentes tipos de ayunos posibles:
  • Ayuno de solo agua: Este debe hacerse con precaución. Cuantos más días ayunes, más preparación y atención médica necesitarás.
  • Ayuno de Daniel: Consiste en no comer carne, pan ni azúcar, solo frutas, verduras, agua y legumbres.
  • Ayuno intermitente: Ayunar por un periodo de tiempo diario.

Ayunar no solo implica dejar de comer ciertos alimentos, sino también reemplazar ese tiempo con citas para pasar más tiempo con Dios durante el ayuno.

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