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¿Por qué batallo tanto con mis relaciones?

¿Por qué batallo tanto con mis relaciones?

¿Cómo sanamos del trauma de mi pasado?

Domingo 22 de septiembre

¿Por qué tengo que sanar?

Todos experimentamos dolor y tenemos áreas débiles que afectan nuestras vidas y la manera en que tratamos a los demás.

La Biblia nos enseña en contra de la mentalidad de «ser fuerte», de no llorar o de no mostrar debilidad. En realidad, la Biblia nos muestra que debemos ser emocionales y no ocultar nuestras emociones.

Segunda de Corintios 12:9 dice: “Y me ha dicho: Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad.”

Dios se magnifica en la debilidad, pero no puede hacerlo si no admitimos nuestras propias debilidades.

En la vida, si no reconocemos que estamos rotos, podemos quedar inundados sin auxilio. Dios puede sanar lo que estamos dispuestos a entregar.

Hay cosas que están a nuestro alcance y otras que están fuera de nuestro control. Muchas veces gastamos tiempo en vano, tratando de alcanzar lo que está fuera de nuestro alcance.

Isaías 40:29 dice: “Él da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.”

Dios no necesita tu fuerza; Él espera que te rindas en tu debilidad y dejes que Él actúe con Su poder. Dios transforma la debilidad en algo hermoso y útil para Su plan.

Filipenses 3:13 dice: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante.”

Los hábitos de nuestros padres pueden convertirse en nuestras respuestas naturales. Debemos cambiar el pasado extendiéndonos hacia el premio de nuestra vida, avanzando en fe hacia una nueva manera de responder.

Jesús dijo: «Acuérdense de la esposa de Lot» porque nos da una advertencia. Ella miró atrás y endureció su corazón. Si vivimos recordando dolores pasados, nuestro corazón se endurecerá. Ella amó más lo que Dios destruyó que las montañas a donde Dios la llevaba.

Génesis 19:26 nos cuenta la historia de la esposa de Lot. El futuro se puede perder si estamos estancados en algo que no queremos admitir.

Jeremías 17:5 dice: “Maldito el hombre que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.”

Jeremías 29:11 dice: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal.”

Dios no puede sanar a quien no admite su dolor y sus problemas.

2 Corintios 5:17 dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”

Lucas 17:32-33 dice: “Acordaos de la mujer de Lot. Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará.”

¿Estás dispuesto a estar incómodo? La vida es una carrera, no sobre qué tan rápido corras, sino sobre qué tan dispuesto estás a enfrentar el pasado. Hebreos 12:1-2 dice: “Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús.”

Romanos 8:28 dice: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien.” Dios necesita quitar lo que está en nosotros para que Él sea magnificado en nuestras vidas.

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