Santiago 1:2-5
¿Por qué sufrimos?
Corrie ten Boom, una cristiana que fue encarcelada en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, propuso agradecer a Dios en todo, incluso en una infestación de pulgas que le causaba gran miseria. La noche en que los soldados iban a entrar a violarla a ella y a su hermana, se marcharon debido a la infestación.
Tu maldición puede ser tu bendición de protección.
Dios madura a sus hijos a través de pruebas, dolor y sufrimiento.
Santiago 1:2 dice: «Hermanos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas.»
Dios usa las pruebas para volver nuestra mirada a Él, para que encontremos la respuesta en Él.
Un empresario de muchos años, aconsejando a su joven reemplazo que le pidió consejo, le dijo: “Necesitas adquirir sabiduría. Para adquirir sabiduría necesitas experiencia. Para adquirir experiencia necesitas pasar por momentos difíciles.”
Las pruebas que pasas te ayudan a crecer.
No siempre eres responsable por lo que te pasa, pero sí eres responsable por tu respuesta a las pruebas.
Dios no obra rápido. La Biblia nos cuenta de:
- José: Dios le da un sueño de que será líder. Pasó 14 años en esclavitud y prisión antes de llegar a ser el líder que salvaría a su familia.
- Moisés: Nació para ser líder. Pasó 40 años en el desierto antes de sacar a los judíos de Egipto.
- David: Fue ungido por el profeta para ser rey. Pasó 15 años escondiéndose en cuevas porque lo querían matar antes de ser rey.
La obra de Dios es lenta.
Dios hace su mejor trabajo en lugares preparados. En lugar de quejarte o preguntar a Dios por qué no te bendice, pregunta qué hay en ti que Dios quiere purgar.
La falta de agradecimiento, la queja, la amargura y la envidia nos hacen perder la bendición de Dios por no estar preparados.
Eclesiastés 3:1-2 dice: «Todo tiene su tiempo.» En nuestras vidas tenemos que crecer raíces antes de florecer.
Dios usa las pruebas para preparar nuestro corazón. Nosotros tenemos la responsabilidad de responder a las pruebas y purgar nuestro corazón, preparando el terreno de nuestro corazón.
Hay tres tipos de sufrimiento:
- El sufrimiento que merecemos. Resulta de cómo tratamos nuestro cuerpo, de las consecuencias de nuestro pecado, acciones, decisiones y alimentación.
1 Juan 1:7-9 dice: «Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.»
Arrepentimiento no es vergüenza por ser descubierto en pecado. Arrepentimiento es un cambio de mente y de corazón sobre el pecado.
- El sufrimiento no merecido. Resulta a causa de las decisiones y pecados de otros a nuestro alrededor: cónyuges, padres, hermanos. Dios usa este sufrimiento también para bien.
Génesis 50:21
- El sufrimiento incomprensible. No sabemos por qué viene a nuestras vidas, como en el caso de Job o del hombre ciego.
Juan 9:2-4 dice que el hombre nació ciego para que otros vieran a Dios y su gracia en él.
Jeremías 18:6 dice que Dios es nuestro alfarero y nosotros el barro. Él obra sabiendo cuál es el producto final. Vivimos en fe recordando que estamos en Sus manos.
Si alguno tiene falta de sabiduría, pídala a Dios.