
Día 3: ”Esperando en Dios”
Reflexión:
La espera puede ser una de las pruebas más difíciles que enfrentamos. Cuando nuestros sueños parecen no avanzar, y todo a nuestro alrededor parece estar detenido, la ansiedad, el cansancio y la frustración pueden apoderarse de nuestro corazón. Nos preguntamos si realmente estamos avanzando o si estamos atrapados en un ciclo sin fin. Sin embargo, el Salmo 62:1 nos recuerda que, en medio de la espera, debemos descansar y confiar en Dios, porque nuestra salvación, así como nuestra victoria, vienen solo de Él. Él es nuestro refugio, y aunque no veamos avances inmediatos, podemos tener paz sabiendo que Él está trabajando en nuestro favor.
A menudo, cuando parece que estamos estancados o retrocediendo, es cuando Dios más nos está formando. Él utiliza esos momentos de aparente inactividad para pulir nuestra vida y carácter. En lugar de ser un tiempo perdido, la espera es un proceso de preparación para algo mucho más grande de lo que hemos imaginado. Durante este tiempo, Dios nos está enseñando lecciones valiosas, nos está fortaleciendo y guiando en áreas que quizás no habríamos considerado si todo hubiera llegado demasiado rápido.
Los momentos de retroceso no son señales de fracaso, sino de un ajuste divino. Son espacios donde Dios hace una obra profunda en nosotros, fortaleciendo nuestras raíces, sanando nuestras heridas y dándonos la resistencia necesaria para lo que está por venir. La espera es una oportunidad para reflexionar, crecer y transformar nuestro interior. En lugar de ver esos momentos de espera como obstáculos, debemos aprender a verlos como un campo fértil donde Dios está sembrando semillas de fortaleza y sabiduría.
Así que, cuando sientas que estás retrocediendo o que las cosas no avanzan como esperas, recuerda que no estás solo. Dios está usando esos momentos para prepararte para un regreso más grande, más fuerte y más lleno de Su gloria. La espera no es un tiempo perdido, sino un tiempo que Dios usa para posicionarnos para Su propósito. Confía en Él, porque la victoria y la salvación que esperas llegarán de Su mano.
Ilustración: La escultura y el escultor
Imagina que eres una pieza de mármol en manos de un escultor. Para darle forma, el escultor debe quitar pedazos de piedra, ¡pero no está destruyéndote! Él está quitando lo que no te pertenece para revelar la obra maestra que está dentro de ti. La espera, las pruebas y los retrocesos son como ese cincel que va moldeando tu vida, eliminando las piezas innecesarias y dejándote más cerca de la imagen perfecta que Dios tiene de ti.
Historia:
Carlos era un joven que había estado buscando trabajo durante meses. Después de muchas entrevistas fallidas, comenzó a sentirse desesperado y a preguntarse si Dios realmente tenía un propósito para él. Durante este tiempo de espera, en lugar de rendirse, comenzó a fortalecer su fe. Comenzó a ayudar a otros con sus talentos, a estudiar más sobre su campo y a orar con más fervor. Finalmente, cuando menos lo esperaba, una oportunidad apareció. El puesto que recibió era mucho mejor de lo que había imaginado. Mirando atrás, Carlos se dio cuenta de que ese tiempo de espera fue clave para que su corazón estuviera preparado para recibir la bendición.
Contexto Bíblico:
El Salmo 62 es un salmo de confianza en Dios. David, el autor, expresa su confianza en que Dios es su salvación y refugio. A pesar de las adversidades y los momentos difíciles, David sabe que su esperanza no está en las circunstancias, sino en Dios. Así como David confió en que su retroceso no era el final, sino el paso previo a la victoria, nosotros también podemos confiar en que cada momento de espera tiene un propósito.
Oración guiada:
Señor, hoy quiero confiar en Ti plenamente. Aunque no vea el avance inmediato y me sienta atrapado en la espera, sé que Tú estás trabajando en mi vida. Ayúdame a mantener la fe, sabiendo que mi retroceso es solo la preparación para mi regreso. Renueva mi alma y mis fuerzas, y permite que en medio de la espera, pueda ver Tu mano obrando. Gracias por ser mi refugio y mi salvación. En el nombre de Jesús, amén.
Lectura bíblica para hoy:
Ejercicio práctico:
Hoy, reflexiona sobre cómo tu esperanza en Dios te ha dado paz durante los momentos de retroceso. Toma un tiempo para escribir una carta a Dios, agradeciéndole por todo lo que estás aprendiendo en este proceso. Confía en que Él tiene el control y que nada es en vano.
Consejo de autocuidado:
Recuerda que la espera no es solo un espacio de acción externa, sino también de descanso interior. Si te sientes agotado, tómate un tiempo para meditar, respirar profundamente y estar en silencio ante Dios. A veces, el mejor autocuidado es simplemente estar en Su presencia, confiando en que Él está obrando mientras descansas.
Cita inspiradora:
«La espera es el espacio donde Dios hace su obra más profunda. Confía en el proceso, Él está contigo.»
Ritual de cierre:
Al final del día, siéntate en un lugar tranquilo y repite el versículo de Salmo 62:1: “Mi alma espera a Jehová; Mi salvación viene de Él.” Cierra los ojos y medita en cómo, aunque el proceso de espera pueda ser difícil, siempre estás siendo fortalecido por la gracia de Dios.
Desafío de amor propio:
Hoy, practica la paciencia contigo mismo. Reconoce que tu proceso es único y que, aunque a veces te sientas como si no estuvieras avanzando, cada paso que das está formando tu carácter y tu vida. Permítete avanzar sin compararte con los demás, sabiendo que tu tiempo de regreso está en las manos de Dios.
Espacio para reflexionar:
¿Qué parte de tu vida sientes que está en retroceso? ¿Cómo puedes confiar en que Dios está obrando en tu vida, incluso cuando no ves resultados inmediatos? Escribe tus pensamientos y pensamientos sobre cómo puedes aumentar tu confianza en Su proceso.
Hoy, recuerda que la espera no es un tiempo perdido. En la quietud y en la paciencia, Dios te está preparando para algo grande. Tu regreso será más glorioso de lo que imaginas. ¡Sigue confiando, Dios está contigo!