De la tristeza a la VICTORIA Día 4

octubre 23, 2025

Redimido por Amor

Efesios 1:7 “En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.”

¿Quién te redime cuando nadie más cree que vales la pena?
La redención no es solo un acto de rescate, es una declaración de valor. En un mundo que fácilmente descarta, reemplaza y olvida a las personas, Dios actúa en contra de los valores, normas, creencias o comportamientos predominantes de una cultura o sociedad: Él redime a quienes otros desechan. Efesios 1:7 nos recuerda que tenemos redención en Cristo, y que no fue a bajo precio. Fue por Su sangre, la expresión más costosa del amor divino. Es como si Dios dijera: “Aunque otros te hayan rechazado, Yo pagué el precio más alto por ti porque tú sí vales para Mí.” El sacrificio de Cristo es la prueba eterna de que tu valor no depende de la opinión de los demás, sino del amor inagotable de Dios.


Cuando te han dicho que no sirves, que no tienes remedio o que has fallado demasiado para ser rescatado, la redención de Cristo responde con gracia: “Yo te veo como restaurable, valioso, digno de amor.” Jesús no redime desde una posición lejana. Él se acerca, se involucra, y te llama por tu verdadero nombre. Él no espera que los demás estén de acuerdo para extenderte Su perdón. En la cruz, mientras muchos aún lo rechazaban, Él dijo: “Padre, perdónalos.” Así también, aunque tú mismo dudes de tu valor, Cristo ya decidió amarte primero. Su redención no nace de lo que tú puedes ofrecer, sino de lo que Él ya ofreció.


Redención significa que ya no estás atado al precio de tus errores, ni dependes del juicio de los demás. El mundo puede medir tu valor por tus logros o tu reputación, pero Dios lo mide por la sangre derramada por ti. ¿Quién más haría eso por ti? Cuando todos se van, cuando tus fuerzas fallan, cuando tú mismo no crees que eres rescatable, Cristo permanece. Él no redime a los “perfectos”; redime a los caídos, a los quebrados, a los olvidados. Y no lo hace con sobras, sino con las riquezas de Su gracia. Eso significa que nunca es demasiado tarde, y nunca estás demasiado roto como para que Él no pueda restaurarte.


Así que si hoy te preguntas si todavía tienes valor, recuerda Efesios 1:7: ya has sido redimido. Tu rescate no está en duda. Fue sellado con sangre. No necesitas demostrarle a nadie que vales la pena. Jesús ya lo decidió cuando colgó del madero por ti. Él te redime no porque los demás crean en ti, sino porque Él nunca dejó de hacerlo. Su gracia no consulta tu pasado; declara tu futuro. Y si Él lo dijo, nadie puede descalificar lo que Su sangre ya compró.

“Cuando otros te rechazan, Cristo te redime. Cuando el mundo te da la espalda, Él te extiende la mano.”

En el libro de Rut, hay un momento clave cuando el pariente más cercano decide no redimir a Rut. Le dijo a Boaz:
“No puedo redimir para mí, no sea que dañe mi heredad.” (Rut 4:6)

Era su oportunidad de intervenir… pero no quiso involucrarse con una mujer viuda, extranjera y sin herencia.
¿Te ha pasado? ¿Sentiste que te descartaron por lo que perdiste, por tu historia, por tus heridas?

Pero Boaz no fue como los demás. Él la vio con otros ojos. Y eso es exactamente lo que hace Jesús contigo.

ILUSTRACIÓN BÍBLICA: BOAZ, UN TIPO DE CRISTO

Boaz representa a Jesús:

  • Se levanta cuando otros se bajan.
  • Ama cuando otros juzgan.
  • Redime cuando otros rechazan.

Donde el otro pariente dijo “No puedo”, Boaz dijo “Yo quiero”.

Así es el amor redentor de Cristo: personal, voluntario, generoso.

El acto de Boaz no solo rescató a Rut de la pobreza y el abandono, sino que la restauró en identidad, dignidad y propósito. Lo mismo hace Jesús con nosotros. Cuando el mundo nos descarta y otros dicen “no puedo” o “no quiero”, Cristo se adelanta y dice: “Yo te redimo, Yo te quiero, Yo te hago mío”. Así como Boaz pagó el precio para que Rut tuviera un futuro, Jesús pagó con Su propia sangre para darnos vida eterna. Su amor no es pasivo ni condicionado; es un amor que actúa, que busca, que levanta y que transforma. En Él, pasamos de ser extranjeros a ser hijos, de estar lejos a ser aceptados, de estar vacíos a ser llenos de gracia.

Romanos 5:8
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”

HISTORIA DE RUT: REDENCIÓN QUE TRAE DIGNIDAD

Boaz no solo se casó con Rut, la restauró públicamente.
Ella, antes extranjera, ahora es honrada, cubierta y reconocida.
Dios no solo te salva… te dignifica.

CONTEXTO BÍBLICO

La redención en la cultura hebrea no era solo rescatar a alguien, sino adoptar su causa como propia.
Eso fue lo que Cristo hizo en la cruz: tomó tu historia rota, la cargó sobre sí mismo y pagó el precio total de tu libertad.

ORACIÓN GUIADA

“Jesús, gracias por no rechazarme cuando otros lo hicieron. Gracias por redimirme cuando yo mismo(a) creí que no tenía valor. Hoy acepto tu amor, tu sacrificio y tu redención. Ya no camino como rechazado(a), sino como redimido(a). Amén.”

LECTURA BÍBLICA PARA HOY

  • Rut 2 “Tenía Noemí un pariente de su marido, hombre rico de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz. Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía. Fue, pues, y llegando, espigó en el campo en pos de los segadores; y aconteció que aquella parte del campo era de Booz, el cual era de la familia de Elimelec. Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a los segadores: Jehová sea con vosotros. Y ellos respondieron: Jehová te bendiga. Y Booz dijo a su criado el mayordomo de los segadores: ¿De quién es esta joven? Y el criado, mayordomo de los segadores, respondió y dijo: Es la joven moabita que volvió con Noemí de los campos de Moab; y ha dicho: Te ruego que me dejes recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas. Entró, pues, y está desde por la mañana hasta ahora, sin descansar ni aun por un momento. Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas. Mira bien el campo que sieguen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados. Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera? Y respondiendo Booz, le dijo: He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes. Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte. Y ella dijo: Señor mío, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al corazón de tu sierva, aunque no soy ni como una de tus criadas. Y Booz le dijo a la hora de comer: Ven aquí, y come del pan, y moja tu bocado en el vinagre. Y ella se sentó junto a los segadores, y él le dio del potaje, y comió hasta que se sació, y le sobró. Luego se levantó para espigar. Y Booz mandó a sus criados, diciendo: Que recoja también espigas entre las gavillas, y no la avergoncéis; y dejaréis también caer para ella algo de los manojos, y lo dejaréis para que lo recoja, y no la reprendáis. Espigó, pues, en el campo hasta la noche, y desgranó lo que había recogido, y fue como un efa de cebada. Y lo tomó, y se fue a la ciudad; y su suegra vio lo que había recogido. Sacó también luego lo que le había sobrado después de haber quedado saciada, y se lo dio. Y le dijo su suegra: ¿Dónde has espigado hoy? ¿y dónde has trabajado? Bendito sea el que te ha reconocido. Y contó ella a su suegra con quién había trabajado, y dijo: El nombre del varón con quien hoy he trabajado es Booz. Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito de Jehová, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto. Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos. Y Rut la moabita dijo: Además de esto me ha dicho: Júntate con mis criadas, hasta que hayan acabado toda mi siega. Y Noemí respondió a Rut su nuera: Mejor es, hija mía, que salgas con sus criadas, y que no te encuentren en otro campo. Estuvo, pues, junto con las criadas de Booz espigando, hasta que se acabó la siega de la cebada y la del trigo; y vivía con su suegra.”
  • Isaías 43:1 “Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.”
  • Juan 10:11 “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.”

EJERCICIO PRÁCTICO

  • Escribe una lista de momentos en los que te sentiste rechazado(a) o no elegido(a).
  • Luego escribe: “Pero Jesús me eligió.”
  • Agradece a Dios en oración por cada una de esas heridas que Él está sanando con redención.

CONSEJO DE AUTOCUIDADO

Hoy, practica recibir. Tómate un momento para recibir un cumplido, un acto de bondad, o el amor de Dios sin justificarlo ni rechazarlo. Recuerda: no necesitas ganarte lo que ya te fue dado por gracia.

CITA INSPIRADORA

“Jesús no espera que seas perfecto para redimirte. Él te encuentra en tu quebranto, te levanta con Su gracia y te llama por un nuevo nombre.” — Billy Graham

RITUAL DE CIERRE

Cierra los ojos, respira profundo y visualiza a Jesús acercándose a ti con ternura y diciéndote:
“Yo te redimí. Tú me perteneces. No estás solo(a).”

Quédate unos minutos en silencio y deja que esa verdad se asiente en tu alma.

DESAFÍO DE AMOR PROPIO

Hoy, haz algo que afirme tu valor:

  • Escríbete una carta de amor.
  • Regálate algo que te recuerde tu dignidad.
  • O simplemente mírate al espejo y di: “Soy redimido(a) por Jesús. Soy digno(a) de amor.”

ESPACIO PARA REFLEXIONAR

¿En qué área de mi vida he sentido más rechazo?
¿Qué diferencia hace saber que Jesús me eligió voluntariamente?
¿Cómo puedo comenzar a caminar con dignidad como alguien redimido(a)?

LLAMADO FINAL

“No fuiste un plan de último recurso. Fuiste una elección voluntaria del Redentor.”

Boaz eligió a Rut. Jesús te eligió a ti. Ya no camines como quien espera ser amado, sino como quien ya ha sido comprado con amor eterno.